lunes, 11 de agosto de 2014

CON EL ENEMIGO EN LA CABEZA



Para ninguna madre con hijos en edad escolar es un secreto la pesadilla que representa encontrarnos con un insecto minúsculo en la sagrada cabecita de nuestro hermoso retoño. Más de una habrá tenido el momento “me cachis en la mar salá” al encontrarse con semejante descubrimiento, en ese mismo instante se desata la guerra, una guerra sin cuartel donde todo se vale. Para salir vencedoras de esta guerra, lo primero es estar bien informadas respecto a nuestro “enemigo”, ese desgraciado bicho de seis patas que nos pone los pelos de punta y nos entra la comezón con solo nombrarlo. A solo 4 semanas de comenzar el nuevo curso escolar es la hora exacta de ponernos manos a la obra y acabar con estos indeseables.

 

Los piojos son insectos ectoparásitos, es decir, que viven de nosotros pero sin invadir el interior de nuestro organismo, en el caso de los humanos, viven en nuestras cabezas, alimentándose de nuestra sangre. Diferente a lo que piensa muchísima gente, los piojos no saltan ni vuelan, se contagian por el contacto directo: cabeza con cabeza, por eso es mucho más fácil que se contagien entre niños y no entre adultos, ya que a los niños no les molesta la cercanía para jugar, es más, la buscan en muchos de sus juegos.

 


La pediculosis (nombre que recibe la infestación por piojos) es una plaga que ha existido desde tiempos inmemoriales (según dicen hay evidencias de piojos en humanos desde el 6300ac) y aunque no tiene que ver con la higiene personal del individuo, está relacionada con ella pues al asearse adecuadamente es cuando se descubre la existencia de estos “malos bichos” y es a través de una higiene exhaustiva, profunda y sostenida como lograremos eliminarlos.
 

      Los piojos tienen un periodo de vida aproximado de 33 días, y en su vida adulta, una hembra pone unos 150 huevos en promedio. Esos huevos, o liendres, son de color marrón claro y son insertados en el cabello con una sustancia parecida al cemento a unos 5 milímetros del cuero cabelludo, eclosionan a los 7 días, y alcanzan la vida adulta en otros 7 días.


 

Para eliminarlos de forma efectiva es importante tomar las precauciones siguientes durante el periodo de tratamiento (que debe ser de aproximadamente 15 días):

.- Cambiar las fundas de las almohadas a diario, lavarlas con agua caliente (sobre los 60ºC).

.- Lavar los cepillos y peines a diario, sumergiéndolos en agua caliente durante 15-20 minutos.

.- Limpiar, lavar o aspirar muebles, sofás, asientos donde haya podido estar la persona infestada.

.- Cambiar y lavar a diario las toallas con agua caliente (sobre los 60ºC).

.- TODOS los miembros de la familia deben recibir el tratamiento al mismo tiempo para evitar contagios entre ellos y el reinicio del ciclo.

 

Los tratamientos para esta plaga se comercializan en gran cantidad de establecimientos y sus precios van desde los más económicos hasta lo impensable, aquí les dejamos una lista de ellos:

.- Champús y lociones pediculicidas: se encuentran en farmacias y parafarmacias, se venden sin receta médica y su coste va desde los €10,00 hasta los €30,00.
 

.- Lendreras metálicas: existen varias marcas, que ofrecen la “virtud” de no dejarse ninguna liendre por el camino, cierto o no, sus precios van desde los €12,00 hasta los €25,00.

.- Lendreras eléctricas: con unas promesas de ensueño y unos precios entre los €15,00 y los €50,00.

 

 Siendo honestos, debemos analizar con ojo crítico los productos químicos que utilizamos para erradicar esta plaga, productos químicos que vaciamos en las cabecitas de nuestros hijos y que pueden resultar en alergias, dermatitis, etc., además, parece que estos animalitos se adaptan cada vez mejor a nuestras armas químicas. Por otro lado, existen propuestas más naturales que, combinadas o en conjunto, son igual de efectivas, menos costosas y menos perjudiciales.

 

Esta plaga más que quitarnos dinero lo que nos roba realmente es tiempo y paciencia, porque, hablando claro, realizar un tratamiento exhaustivo a cada miembro de la familia, asear a diario todos los espacios, lavar y esterilizar la lencería y cepillos durante dos semanas sin perder la paciencia es de santos pero, al final, vale la pena.


 


Otro dato muy importante es tomarnos esto con naturalidad, con todo lo que se sabe acerca de los piojos podemos decir que la pediculosis no se debe a malas prácticas higiénicas, ni pobreza, ni transmiten enfermedades ni nada de eso, por eso, desde que nos encontremos un “demonio” de estos en la cabeza de nuestros hijos lo mejor es comunicárselo al colegio en primer lugar, para que todos los alumnos de su clase, además de, a las madres de los demás niños con los que jueguen nuestros hijos, tomen las medidas necesarias (¿qué cuáles son esas medidas? Primero, revisarles la cabeza a sus hijos porque los nuestros no los reproducen de forma espontánea y realizar el tratamiento necesario). Debemos dejarnos de estrecheces mentales, porque no vemos mal el topless pero nos parece terrible que nos digan que el hijo de fulana tiene piojos, en lugar de verlo como lo que es, una plaga terrible que no pedimos tener y sólo con la colaboración de todos podemos controlarla.

 

Las propuestas naturales son muchas y muy variadas, con un tratamiento concienzudo son altamente efectivas y mucho menos nocivas que las propuestas comerciales, he aquí una lista de las mejores:

.- Aceite de Oliva: el procedimiento para aplicar el aceite de oliva es el mismo que usamos para teñirnos el cabello, separando por zonas y mechones finos. Tomamos una cantidad de aceite de oliva en una taza, y con la ayuda de una brocha tipo las de aplicar tinte, se separa el pelo y se humedece muy bien el cuero cabelludo. Se cubre con gorro y se deja un mínimo de 2 horas. Para quitarlo se recomienda comprar un champú especial para cabellos grasos ya que resulta difícil retirar el aceite. La viscosidad del aceite de oliva es ideal para atrapar a los piojos y dejarlos casi sin poder moverse, esta viscosidad, además, no les permite respirar y mueren asfixiados. Es importante el uso de la lendrera después de este tratamiento para eliminar todos los piojos muertos y los que hayan quedado medio vivos pero atontados. Hay que saber que este procedimiento no elimina las liendres.

.- Vinagre: utilizando el mismo procedimiento del aceite de oliva, se humedece todo el cuero cabelludo y el pelo con vinagre (el más recomendable es el de manzana) se cubre con gorro y se deja durante dos horas, antes de retirarlo hay que pasar la lendrera para eliminar todas las liendres, luego se lava con champú normal. Utilizar la lendrera es importantísimo ya que el vinagre es casi la única sustancia que ayuda a disolver el “cemento” que mantiene pegadas las liendres del cabello, es decir, que este tratamiento va dirigido específicamente a la eliminación de las liendres más no de los piojos.

La combinación de la aplicación del Aceite de Oliva y el Vinagre crea un tratamiento natural formidable, y aplicando en ese mismo orden, aceite primero y vinagre después, lograremos que luzca un brillo estupendo.

.- Gotas de Aceite del Árbol de Té: la aplicación de estas gotas es muy variada, pueden utilizarse puras sobre el cuero cabelludo para eliminar los piojos, disueltas en el champú de uso diario para prevenir cualquier infestación, y aplicadas detrás de las orejas y la nuca antes de ir al colegio como repelente, ya que los piojos lo detestan.

 


Hay otras propuestas más “modernas” que pueden complementar las técnicas naturales, pero que en sí mismas no constituyen un tratamiento efectivo:

.- La Aspiradora: emulando los tratamiento más modernos aplicados en los comercios dedicados exclusivamente a la eliminación de los piojos, y después de haber realizado otro tipo de tratamiento, para ayudar a eliminar cualquier piojo vivo o muerto que haya podido quedar sobre el cuero cabelludo, se utiliza la aspiradora a máxima potencia y con el pico de succión más pequeño, separando el cabello por mechones, se va aspirando toda la cabeza. El arrastre mecánico que produce la aspiradora se lleva todos los bichitos.

.- La Plancha: una forma efectiva de destruir las liendres es la aplicación de calor, y la forma más creativa, común y moderna es alisarnos el cabello con plancha, un buen planchado y quedarán ¡todas fritas!

.- Baño de Crema: este tratamiento es una moderna variación de la aplicación del aceite de oliva, escogiendo el que mejor se ajuste a las necesidades de tu pelo, y que sea de consistencia muy espesa, se coloca con brocha tipo tinte primero sobre el cuero cabelludo para asegurar que todo está muy impregnado, y luego se aplica al resto del cabello, se coloca gorro y se deja un mínimo de 2 horas. Antes de retirarlo se recomienda pasar la lendrera para arrastrar fácilmente todos los piojos.

.- Wet-combing: esta sencilla técnica ha sido puesta de moda en los Estados Unidos por madres que buscaban la forma de controlar esta plaga tan molesta, como su nombre en inglés dice es peinar en mojado. La técnica requiere de un gran bote de enjuague para el cabello y una lendrera siempre a mano, cada vez que el niño se bañe, luego de su champú normal se le coloca una gran cantidad de enjuague y se peina concienzudamente con la lendrera. El uso diario de esta técnica hace que ningún piojo pueda sobrevivir ya que, primero, el enjuague no les permite agarrarse al cabello y se ven arrastrados con el paso de la lendrera, y los que pudieran quedar, lo más probable es que resulten heridos durante el procedimiento, y, dato importante: piojo herido no pone huevos, rompemos su ciclo reproductivo. Esta práctica se puede repetir a diario y puede formar parte de nuestra rutina de higiene sin consecuencias nocivas.

.- Des-cabellado: es la consecuencia más moderna del refinamiento del tratamiento de antaño: raparnos la cabeza. Como venimos diciendo en todo el post, eliminar las liendres es el paso más importante para romper el ciclo de vida del piojo, pero, es tan difícil que parece tarea de hormigas. Hace unos años atrás las madres desesperadas recurrían a la más drástica y traumatizante (para algunos) decisión, raparnos la cabeza. Refinando este procedimiento y armándonos con unas tijeras pequeñas y dos camiones de paciencia, se separa el cabello por mechones finos y se revisa con detenimiento, donde se vea una liendre, se corta ese cabello. Esta medida requiere mucha paciencia y solo se recomienda realizarla cuando se está seguro de que ya no existen más piojos vivos, pues no tiene sentido estar cortando cabellos sanos cada semana hasta dejar a nuestros niños sin un pelo en la cabeza…



Una práctica diaria recomendable para las niñas es llevar el cabello recogido en coletas y trenzas, utilizar pañoletas para cubrir el cabello, otra opción son las diademas y, por supuesto, no compartir su cepillo ni peine.
 
 
Los niños usualmente se contagian menos por tener el cabello corto, en su caso, la recomendación más efectiva es la revisión frecuente.
 
 

 

Existen muchos otros tratamientos y cada vez tenemos más fácil acceso tanto a la información como a los tratamientos en sí, así que, compartan con nosotros sus tratamientos y experiencias más efectivas de manera de enriquecernos y controlar mejor esta indeseable plaga.
  
 

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